Fulgentius de Cesar Aira

César Aira es un escritor argentino (Coronel Pringles 1949) , traductor  del inglés y del francés; especialista de la novela corta, autor de cuentos, ensayos y obras de teatro. Lleva publicadas más de 100 novelas que él denomina « novelitas » por lo escuetas, con un promedio de 2 a 3 novelas cortas por año lo que, al parecer, es un récord de todos los tiempos . El autor quisiera organizar su obra en una Enciclopedia, un tomo general que las contenga todas (¿cómo Balzac y su Condición Humana?).

Cesar Aira es uno de los escritores argentinos más admirados en el mundo, es uno de los hipotéticos « nobelisables ».

Aira es un escritor muy peculiar al estilo inimitable; a menudo participa como personaje en sus relatos así como Coronel Pringles, su ciudad de nacimiento. En sus escritos Cesar Aira reflexiona sobre su vida reflejando sus percepciones más personales; también la muerte es un tópico relevante en su obra. La importancia de su obra le concede un epíteto : el del relato aireano que tiene la mágica particularidad de desconcertar al lector. Es uno de los autores a quien le gusta « jugar » con el lector.

Fulgentius (2020): me ha encantado : un libro bien escrito y documentado con un tema que da mucha réflexion y que está magistralmente trabajado. Es una parodia entre delirios, burla y sapiencia. A mi siempre me fascinó la historia del Imperio Romano y de sus recios generales conduciendo las temibles y eficaces legiones romanas (cf los libros de Santiago Posteguillo).

En Fulgentius, el génial Aira narra la vida del Général Fabius Exelsus Fulgentius (ficticio), uno de los más prestigiosos y experimentados generales de la Roma Imperial en su apogeo. A los 67 años, el Senado lo pone al mando de la Legión más temible, la Legión Lupina, una máquina de guerra y de matar, con seis mil hombres.

Por su gran experiencia lo mandan a pacificar la indomable Panonia, región de Europa Central (Balcanes) que constituye una provincia romana. El recio Fulgentius no sólo es un general fuera de serie, sino que tiene amplias capacidades políticas y administrativas, sin contar que es un ciudadano ejemplar que no ha lucrado y lleva una vida familiar impecable.

A todos estos talentos, se agrega otro más : escribió en su juventud una obrilla de teatro, una pequeña tragedia que le gusta montar en las etapas de sus largas campañas militares. Este detalle de montar una pieza de teatro en cada escala de una cruenta campaña militar, utilizando a los recios legionarios como actores ( y contentos de serlo), me ha hecho reír a carcajadas por la disonancia, lo surrealista, lo genial.

Asi, durante la feroz reconquista de la Panonia con sus duras y sangrientas etapas, Fulgentius no dejará de montar su obra y hasta ocuparse de los decorados si es necesario. Tiene Fulgentius un brazo derecho, el fiel y admirativo Lactarius (¿cómo lactante?) que lo sigue como su sombra.

Al mismo tiempo, el Senado ha pedido al general que « pierda en el camino » a un personaje importante, Maximus, que ha hecho fortuna con monedas falsas a pesar de ser del mejor linaje. Dado su alcurnia, no pueden pasarlo por las armas como a cualquier plebeyo.

Los dos personajes, el General probo y el villano se entenderán de maravilla porque el sinvergüenza es muy culto además de cortés. Se va a dar entre los dos hombres la atracción de los opuestos : para Fulgentius los abismos del Mal contenían arcanos de fábulas que siempre había querido explorar y el villano se preguntaba cómo era posible mantenerse honesto cuando las maquinaciones del delito eran el único modo de ejercitar la inteligencia.

Esta presencia erudita trastornó al recio general : quiso estudiar, aprender, volverse un nuevo Plinio, sin fines de lucro o de exhibición, sólo por la gratificación interior de ser un héroe del cerebro. La solución estaba al alcance de la mano. Con el prestigio de su grado y las influencias que podía mover, no le sería difícil conseguir uno de esos cargos ad honorem que asumían por pura conciencia solidaria algunos patricios nostálgicos de la República, y servían para hacer pingües negocios. Desde el cargo podría vender a precio de oro cédulas de importación de esclavos, y reclamar comisión. Él podía sacrificar una honestidad que nadie le había pedido, y menos agradecido, por un objetivo más encomiable que una guerra…

El contraste entre lo que había sido y lo que pudo ser le hizo sentir que todo había sido tiempo perdido. Un tiempo artificial, como el del teatro; quizás su pasión por volver a ver una y otra vez en escena la tragedia que había escrito al principio era un vano intento de recuperar un tiempo real.

Una fábula que termina con una enseñanza porque el inmenso personaje del Legado Fulgentius a veces muestra veleidades que le dan un tinte de personaje de cómics.

Otros libros comentados : Un episodio en la vida del pintor viajero . Le magicien . Cumpleaños . Lugones

FULGENTIUS, Literatura Random House 2020, ISBN 978-84-397-3684-4

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