Final de novela en Patagonia de Mempo Giardinelli

Giardinelli 2011.jpgMempo Giardinelli ( Resistencia, provincia del Chaco, 1947) es un escritor y periodista argentino, autor de novelas, ensayos y libros de cuentos; su obra  ha sido traducida a más de 20 idiomas.

El escritor se exilió en México durante la dictadura militar entre 1976-1983. En 1986 fundó la revista literaria Puro Cuento que dirigió hasta 1992. En 1996 donó su biblioteca de más de 10 000 volúmenes para crear una Fundación que lleva su nombre en Resistencia, dedicada al fomento del libro.

El libro Final de novela en Patagonia le valió el Premio  Grandes Viajeros  2000, premio convocado por la compañía aérea Iberia y Ediciones B, dotado de 30 000 euros más pasajes de avión para dar la vuelta al mundo valorados en otros 12 000 euros. Vaya premio simpaticón.

Es un libro muy entretenido e interesante con una linda  « puesta en abismo », ya que hay otro libro dentro del libro. Y es también una obra metaliteraria con numerosas citaciones de autores y obras literarias de interés para el autor.

El protagonista es el mismísimo Mempo Giardinelli,  quien emprende este  viajazo hacia la Patagonia con el amigo Fernando Operé,  escritor madrileño. Parten en un Ford Fiesta que llamarán cariñosamente, el Coloradito Pérez.  Será un recorrido de más de 4000 kilómetros entre la frontera con Paraguay y Río Gallegos, cruzando después transversalmente para llegar hasta los glaciares precordilleranos, desde donde se volverán al norte bordeando la mítica ruta 40 argentina, hecha de ripio y piedras, intransitable durante buena parte del año por razones climáticas: el camino más difícil de la Argentina.

La idea del viaje nace porque Mempo Giardinelli no logra terminar una nueva entrega de novela protagonizada por Clelia y Victorio,  los amantes prófugos, personajes de Imposible equilibrio, de 1995 .  Entonces decide recorrer los vastos territorios patagónicos en pos de una inspiración , porque lleva cinco años dándole vueltas al  relato. Al mismo tiempo Mempo Giardinelli inicia  el relato de su road story patagónica.

Las descripciones de la Patagonia argentina son fantásticas e hiperrealistas.

Por haber recorrido esas inmensidades  en el lado chileno, puedo aseverar que el libro describe magistralmente la presencia  del viento huracanado patagónico, casi siempre presente. Quien lo ha escuchado, no puede olvidarlo, es impresionante.

Tengo el recuerdo de  haber transitado con mis padres por esas carreteras aisladas donde cruzar un vehículo es un evento ; nuestro coche recibió una piedra en el parabrisa delantero. En aquella época los vidrios no eran de la calidad de los de ahora y estallaban en miles de fragmentos. Tuvimos que seguir camino, luchando contra un viento huracanado que entraba en el coche, frenaba el avance y hacía volar todo. Los pasajeros, muertos de miedo, tuvimos que extendernos sobre el piso del station wagon,  sólo mi padre se mantenía sentado para conducir y con la cabeza envuelta en todos los trapos disponibles para soportar el frío. Fue épico, inolvidable, aventuroso y bastante peligroso.

Otra descripción muy realista  concierne  la inmensa soledad de esos parajes, y la baja densidad poblacional. Lo que hace imperar una gran solidaridad entre los humanos. La composición humana de la Patagonia se compone de los nyc y los vya, es decir los « nacidos y criados » y los « venidos y asentados ».

La belleza patagónica,fiera y altiva, impoluta,  resalta muy bien en el relato. Página 51 se lee : […]conduzco a una velocidad promedio de 100 kilómetros por hora. Por las ventanillas abiertas el viento, amable y marino, nos despeina y rompe el silencio que mantenemos. Es un silencio respetuoso: como el de quienes ingresan a una catedral, a un templo.  La Patagonia es eso: un templo sacramental del magno espectáculo del mundo.

Página 54:[…] la pampa árida, interminable, de pastos amarillos y piedras cada vez más grandes y abundantes, pasa a un costado como en esas escenas de las películas en que el protagonista va en un tren y afuera pasa el paisaje, como ráfagas.

Página 80:[…] y nos hundimos nuevamente en la monotonía de ese camino insólito, infinito, que de regreso parece más largo y más tedioso. De hecho los caminos patagónicos son como víboras interminables, que nunca se sabe dónde comienzan ni dónde terminan. Jamás un camino patagónico acaba, ni siquiera en el mar. Allí, en todo caso, antes de hundirse hace una curva y se convierte en un sendero que va a algún lado. Son territorios vacíos, sí, pero en los que en todo lugar ya hubo alguien- un solitario, un loco- que anduvo antes por allí.  Me impresiona esa infinitud de los caminos, como me encantan las presencias fantasmales que siempre se detectan. Me fascina completamente la locura que producen esos parajes.

La road story se irá llenando de historias preciosas, leyendas, recuerdos, evocaciones, encuentros y desencuentros a medida que se suman los kilómetros.

Una citación preciosa de Fray Julio Ignacio Gómez de Oro y Saavedra del Libro de Doctrina y Comportamiento de 1740: Hay gente para la cual escribir es parte de su vida: leen tranquilamente, rezan sus maitines con devoción, conversan con amenidad y pueden redactar opúsculos correctos; ésos son los aficionados a la escritura. Luego están los amanuenses, pendolistas en acción que generalmente fungen como tinterillos de los poderosos: leen poco y nada, sus oraciones son confusas e insinceras, no hablan sino que asienten, y son capaces de manuscribir cuanta coprolalia les dicten los lambiscones del soberano; ésos son los cagatintas. Pero hay otros para quienes la lectura y la escritura son, con Dios, la vida misma; ésos son los poetas.

Otros libros comentados : Santo oficio de la memoria, Visitas después de hora, Imposible equilibrio, ¿Por qué prohibieron el circo?.

FINAL DE NOVELA EN PATAGONIA, ZETA Bolsillo 2009,  ISBN 978-84-9872-262-8

Une réflexion sur “Final de novela en Patagonia de Mempo Giardinelli

  1. Estupendo libro con descripciones fantásticas de ese territorio vasto y casi desértico en el que el clima tan rudo forja el carácter de personajes singulares.
    Muy bien escrito , son de destacar las líneas dedicadas a Juan Rulfo, escritor mexicano amigo de Giardinelli.
    El final de la novela, inesperado y bien logrado.

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