La oscura memoria de las armas (12) de Ramón Díaz Eterovic

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Ramon Díaz Eterovic es un escritor chileno (Punta Arenas 1956) que se ha hecho santiaguino desde 1974, creador del detective privado Heredia, un personaje protagonista de más de 20 títulos de novelas negras ambientadas en un Santiago urbano y céntrico; escritor traducido en más de 20 países.

Una parte de la obra del autor fue adaptada para la TV chilena en 2005 bajo el título de Heredia & Asociados; se pueden ver los capítulos en Youtube, pero es una adaptación libre de los libros. Se mira con interés por el ambiente tan chileno-capitalino aunque va demasiado rápido, prefiero los libros.

Díaz Eterovic ha sido galardonado con numerosos premios y hasta tres veces con el Premio Municipal de Santiago género novela (1996, 2002 y 2007) y con el Premio del Consejo Nacional del Libro y de la Lectura (1995, 2008 y 2011).

El escritor utiliza la novela policial para hablar de temas sensibles en la sociedad chilena, como los detenidos desaparecidos, el narcotráfico, el tráfico de armas, la carencia de una real democracia, las traiciones de todo tipo, la ecología, etc. Díaz Eterovic quiere escribir una comedia humana y chilena con temas e historias que reflejen diferentes aspectos actuales de la sociedad. Se dice que Díaz Eterovic es un habitué del bar La Piojera de la calle Aillavillú, cerca de la estación Mapocho donde se sitúa el antro del detective Heredia.

El autor ha sido objeto de estudios y publicaciones por el catedrático chileno Guillermo García-Corales, quien escribió « las novelas de Díaz Eterovic son novelas de consciencia y estética urbana y representan la mejor expresión del relato detectivesco en el Chile de la nueva narrativa de los años 90″. (cf « Poder y crimen en la narrativa chilena contemporánea: las novelas de Heredia » y « Ramón Díaz Eterovic, reflexiones sobre la narrativa chilena de los años 90″).

Estoy leyendo estas aventuras en orden de publicación porque me encanta el entorno de estos policiales, aunque el personaje de Heredia me da lástima por su inmensa soledad compensada por un sobre consumo de alcohol, al mismo tiempo que me causa admiración  su afición a la literatura. Vive quejándose y soliloquea con su gato Simenon que le sirve de válvula de escape; a veces no tiene ni dinero para comer, pero no siempre cobra por sus servicios…es un hombre paradójico.

A estas alturas me doy cuenta que existe otra magia con los libros de Díaz Eterovic, y es la magia de los títulos tan bien escogidos, perfectamente adecuados. Hay otro escritor chileno a quien le admiro sus títulos (y los libros !), llenos de poesía, se trata de Hernán Rivera Letelier.

La oscura memoria de las armas (2008) es el doceavo opus de la saga y fue dos veces premiado en 2009 : Premio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes  y el Premio Altazor. Me acabo de dar cuenta que lo he leído antes que El segundo deseo (2006)…ay ! Este  tomo me gustó porque no hay demasiados personajes y la trama se puede seguir sin problema.

Esta vez leo con sorpresa que Heredia ha reanudado con su viejo/ joven amor, Griseta que conoció trece años atrás; ahora comprendo porqué la información me cayó como un rayo; imagino que las explicaciones del caso están en El segundo deseo…Griseta trabaja y viaja por lo que hace apariciones esporádicas que llenan de dicha a un Heredia cincuentón y muy cansado. Es una amiga de Griseta que está al origen de esta pesquisa : su hermano, Germán Reyes trabajaba en una barraca y perdió la vida en un atraco con robo de material de la barraca, pero la hermana está convencida que fue un asesinato. La investigación parte de nada, pero poco a poco y con tesón, Heredia va a progresar lo que le va a costar unas palizas de antología. En este tomo lo ayudará el periodista Campbell que ya conocemos y también resurgirá el tira Bernales que aportará buena ayuda al mismo tiempo que  se llevará las felicitaciones de la jerarquía de la Policia de Investigaciones gracias a los  datos proporcionados por Heredia (un favor por un otro, eh?).

La descripción del Santiago céntrico y de sus personajes es muy pintoresca. La narración es mayoritariamente ambientada entre el barrio Mapocho y el barrio bohemio de Bellavista con buenas descripciones de los bares, tugurios, cabarets y de su gente. Heredia sigue libando a lo largo del día, pero me pareció menos desesperado, probablemente porque ha recuperado a Griseta que le da estabilidad y alegría. Sigue soliloqueando con el gato Simenon que le sirve de fuero interno cuando anda en sus cavilaciones.

Se trata de encontrar a los asesinos de Germán Reyes otrora apresado por la DINA y torturado en Villa Grimaldi. El hombre estaba obsesionado con encontrar a sus agresores y había realizado indagaciones. Poco a poco se va deshaciendo la madeja para mostrar a antiguos militares que han escapado al oprobio porque están muy bien respaldados por la jerarquía. Página 180 se lee…pero algo que no sé explicar me dice que tras la muerte de Reyes existe una situación turbia, oscura. Intuición, olfato, llámelo como quiera. Y además, están los militares con los que conversé. Silencios, palabras en clave, olvidos, lealtades secretas; un mundo que respeta sus códigos y que se mantiene resguardado dentro del atalaya que han construido para vigilar a los civiles que les merecen desconfianza.

Ahondando la investigación Heredia va a descubrir un tráfico y venta de armas por los militares que ya se saben derrotados y quieren utilizar el fruto de la venta de armas para su defensa. Las primeras transacciones se habrían hecho con narcotraficantes colombianos que necesitaban armas para luchar contra las guerrillas del FAR  y del ejército colombiano. Después se habría hecho negocio de 7 millones de dólares con armas para los croatas, armas que salían de Chile como « ayuda humanitaria » hasta que el escándalo reventara en Budapest con el descubrimiento de las armas (página 257).

El propio autor se escenifica en el libro bajo el nombre del Escriba quien necesita los casos de Heredia para encontrar argumentos para sus futuras novelas policiales. Por lo general se encuentran en bares como el City o el Rimbaud cerca de la oficina de Heredia donde el Escriba se instala al fondo con un cigarrillo y una copa de vino. Un día el Escriba le echa en cara…llevo una punta de años escribiendo sobre tu maltrecha existencia y todavía me resulta entretenido (además que le llena la olla, no?). No olvido que los capítulos iniciales de la primera novela los escribí en una pensión de la calle San Lorenzo, en Buenos Aires, a donde fui a dar después de ganar un concurso literario. Entre Heredia y el Escriba hay intercambio fornido de citaciones literarias como si fuera un partido de ping-pong.

Otra aventura de Heredia, oscura por donde se la mire, traspasando la mera esfera del detective para llegar a la esfera nacional cuando se lee al final del libro…acabarás como la mayoría de los chilenos, endeudado y con estrés; o bien terminarás como un amigo que recuerda los hechos importantes de su vida a partir de los artefactos que tiene en su casa. Cuando converso con él me dice cosas tales como: mi hija mayor nació dos meses antes que comprara el computador; o mi esposa se operó de apendicitis el mismo año que compré el primer equipo de video.

Para terminar, una citación de la poesía urbana del escritor…por las noches, mientras hacía esfuerzos por dormir, pensaba en mis investigaciones de los últimos años, y una puntada en un sitio próximo al corazón me obligaba a reconocer que extrañaba las correrías por la ciudad para encontrar fragmentos de verdad tan efímeros como el resplandor de las estrellas fugaces que a veces cruzaban  por el sucio cielo de Santiago…salí del bar cuando las sombras comenzaban su jugarreta de adioses y romances clandestinos. El vodka dormitaba en mi piel y cierto optimismo absurdo provocaba una sonrisa en mis labios…

Otros libros del autor : La ciudad está triste, Solo en la oscuridad, Ángeles y solitarios, Nunca enamores a un forastero, Los 7 hijos de Simenon, El ojo del alma, Nadie sabe más que los muertosEl color de la piel, A la sombra del dinero, Muchos gatos para un solo crimenEl hombre que pregunta, El segundo deseo, La muerte juega a ganador, El leve aliento de la verdad, La música de la soledad, Los fuegos del pasado, La cola del diablo.

LA OSCURA MEMORIA, LOM 2017 (1è Ed 2008),  ISBN 978-956-00-1005-6

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