Pondré mi oído en la piedra hasta que hable de William Ospina

William Ospina es un poeta, ensayista, traductor, periodista, novelista y político colombiano (Colima, Colombia 1954). Autor muy destacado en el ámbito literario y varias veces premiado, Premio Nacional de Literatura en Colombia en 2006.

Pondre mi oído en la piedra hasta que hable (2023) es un título terriblemente poético para un libro de ficción terriblemente poético. Me re encuentro con el estilo de Ospina que tanto me deslumbró con El país de la canela de 2006, un estilo muy personal, barroco, poético y que resulta casi musical a la lectura. Digamos que en este tomo me resulto hasta estereofónico.

El texto de William Ospina recrea el saber y la elocución de la época de la Ilustración en Europa, conocido también como el Siglo de las Luces, un movimiento cultural e intelectual europeo desde mediados del Siglo XVIII y principios del siglo XIX, movimiento que inspiró profundos cambios culturales y sociales, siendo la Revolución Francesa, uno de los mas drásticos. Existió también una Ilustración Española e Hispanoamericana aunque más científica/ humanística que política.

William Ospina trabajó con los 9 tomos que escribió Humboldt de su viaje.

En este contexto Alexander von Humboldt quiso « sentir el mundo » estudiando y catalogando todo en la Naturaleza (mares y montañas, animales y plantas).

En esta obra de pura ficción William Ospina relata el viaje de Alexander von Humboldt (1769-1859) por América del Sur, viaje de varios años que Humboldt relató en su primer libro, escrito originalmente en francés, y titulado Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, escrito conjuntamente con Aimé Bonpland entre 1799-1804 y publicado en París en 1807. Alexander von Humboldt naturalista, geógrafo, astrónomo y humanista prusiano que exploró América del Sur aún desconocida, probablemente el último hombre que la vio en su esplendor inicial.

El libro da cuenta de la enorme sed de saber, de aprender el mundo por el naturalista alemán. Tenía Alexander otro hermano, mayor de 2 años, Wilhem, otro erudito, pero en otro ámbito, el ámbito de los idiomas y de la filosofía.

Alexander Von Humboldt dejó su nombre a una multitud de cosas : la corriente fría del Pacífico, ríos, bahías, cataratas, parques naturales y hasta de un cráter en la luna.

El ansiado viaje de Humboldt debió anularse varias veces por causa de las guerras europeas hasta que pudo zarpar de España, utilizando su fortuna personal. Se lanzó a la aventura junto con el médico francés Aimé Bonpland, conocido botanista que conoció en Paris en 1798. Bonpland dijo que Humboldt intentaba rastrear los dibujos de la niebla, las migraciones del árbol y la voz de las piedras.

La verbosidad de Humboldt, que se exaltaba ante cada nuevo desafío, podía llegar a ser pesada para otros, pero Bonpland no se cansaba de aprender. Aunque estaba en contacto sin cesar con cada laja del peñasco y con cada meandro del Río, con los ojos de la mariposa buco y el pelaje rojizo de los carpinchos y el hervidero de las pirañas sobre la presa que cae al agua, tenía la mente llena de poemas y de relatos, de episodios de la mitología, de lienzos y de músicas. Le bastaba ver la Cruz del Sur para que brotaran en su mente los versos de Dante sobre el cielo que parece gozar de sus llamas, o el recuerdo de ese momento en que las estrellas les dicen a Pablo y Virginia que ha llegado la hora de separarse…

Humboldt fue un científico con poderes de premonición, veía claramente lo cercano, lo que no impedía que viera lejos en el futuro : « Siglos enteros pasarán antes que el género humano sepa aprovechar con sabiduría los bienes con que la naturaleza ha llenado estas extensiones casi interminables, y ni siquiera sabemos si será para bien cuando llegue por fin al interior profundo del continente la laboriosidad mercantil que ahora está llegando a las costas ».

Si Humboldt trajo a América su curiosidad y la lucidez de su espíritu, llevó de regreso a Europa el embrujo de los reinos distantes y la reverberación de sus selvas. Todos los soñadores lo leyeron entonces y fue más contagioso que una epidemia : Wordsworth, Coleridge, Keats, Mary Shelley, Julio Verne.

Otro libro sinfónico de William Ospina quién logra hacer « sentir » al lector el extraordinario personaje que fue Alexander von Humboldt en esta etapa de su vida.

Los hermanos von Humboldt (Alexander es el rubio)

Otro libro reseñado : El pais de la canela .

PONDRÉ MI OÍDO…, Random House 2023, ISBN 978-84-397-4183-1

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