Oppiano Licario de José Lezama Lima

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José Lezama Lima es un poeta, novelista, cuentista y ensayista cubano (La Habana 1910-1976); conocido por su obra maestra Paradiso (1966), un libro en un estilo  neobarroco-americano de gran lirismo y con el uso intensivo de metáforas, alusiones y alegorías; un proceso que le tomó 17 años de gestación y que trató que fuera la síntesis y la culminación de su sistema poético. Paradiso es una obra compleja, de carácter iniciático y se dice que parcialmente autobiográfica.

Paradiso tuvo una secuela en 1977, Oppiano Licario, una obra inconclusa de 10 capítulos (sobre 14) que retoma algunos personajes de Paradiso. Es una novela de iniciación a la poesía, un bildungsroman habanero. El libro fue publicado un año después de la muerte de José Lezama Lima.

Yo no leí Paradiso. ¿Y por qué empecé por la secuela? Pues bien, simplemente porque me regalaron el libro. Y francamente, creo que me metí en botas de siete leguas.

Esta lectura (empezada con gran entusiasmo) conlleva una doble pena : pena de lectura porque no entendí gran cosa y pena de escritura de este billete donde me tengo que justificar. La lectura fue ardua, no había hilo conductor, no ubicaba bien a los personajes y el interés que llevaban en la narración, y narración de qué? No se, es una constante verborrea, una disquisición permanente con referencias culturales que surgen como fuegos artificiales, y con citaciones en varios idiomas (con faltas de ortografía) pero sin finalidad para mi, aunque muy probablemente un propósito muy deliberado por parte del magno autor. Por momentos me sumía en una lectura embrujadora por la riqueza lexical y el uso de neologismos que hacen sonreír, pero sin  mensaje claro y me volvía a extraviar. Creo que el Sr Lezama Lima se indignaba cuando le decían que su texto era muy bonito, que ése no era el propósito, etc).

De manera que al terminar la lectura partí a la búsqueda de alguna información que me clarificara algunas ideas porque no me quedó nada en el cacumen, absolutamente nada.

Saïd Benabdelouaheb cf Escritura y representación de la identidad en la obra novelada de José Lezama Lima: études sur Paradiso y Oppiano Licario (1994), escribe que Lezama Lima trata de crear en la narración una estética barroca y una representación cultural y nacional del cubano. (¿A la manera de un Carlos Fuentes que trató de explicar la mexicanidad en La región más transparente, 1958? por ahí surgen algunas luces…). La visión de la cubanidad la da el personaje principal, la estructura y el narrador que introduce en el texto elementos históricos, religiosos, folklóricos y lingüisticos. Bien.

Otra referencia en el análisis de la obra de Lezama Lima es Remedios Mataix cf Paradiso y Oppiano Licario, una guía de Lezama (2000). A Lezama Lima le gustaba decir que Paradiso y Oppiano Licario formaban una súmula o recuento donde el personaje principal, (cuyo nombre da el título al libro), Oppiano Licario, representa el camino que debe superar para alcanzar una meta (de ahí la idea de novela de aprendizaje, OK…) : el ingreso a la Poesía con una prosa en un estilo barroco fervoroso con componentes como la poesía, la metafísica, la historia, la utopía.

Mataix señala que en la escritura de Lezama las palabras ostentan su sonoridad, su textura, nos invitan a que las saboreemos, a que las acariciemos antes de asignarles un sentido. En el barroco de Lezama la frase se hace lenta, sinuosa, proliferante y el texto superabundante, voluptuoso.

Lezama es una consciencia central en la novela, un personaje que no está en ninguna parte, pero está en todos los demás y desde ahí domina el mundo que narra.

La lectura se hace laberíntica porque exige del lector un esfuerzo de comprensión que es también un camino que está siempre más allá y que es la utilidad de lo difícil. El mundo lezamiano es una escritura iniciática que va ofreciendo sus propios códigos de interpretación.

Julio Cortázar defendió el texto (que causó gran revuelo en 1977) diciendo que no es un libro para leer como se leen los libros, es un centro de vibración (suena lindo, eh?).

Unos ejemplos de la prosa…1) la casa se rodeó de luces de farol. Los mugidos y los relinchos fundamentaron la luz. Clara, de pronto, vio delante de sí a un mestizo, cruce de viruelas con lo peor de la emigración asiática, anchuroso, abotagado, con los ojos cruzados de fibrinas sanguinosas. A su lado, un blanconazo inconcluso, indeciso, remache de enano con ausencia dentaria, camisa de mangas cortas, insultante y colorinesca, con un reloj pulsera del tamaño de una cebolleta…2) …Licario no se había alejado del cenobio, ejercicio y humildad, trabajaba en la vía iluminativa y en la purgativa, no sabía si también en la unitiva, pero persiguiendo un desarrollo goethiano se hacía pasar por un sarabita girófago…3)…tengo que vivir al lado de una posesa para despertar y ennoblecer de nuevo a la poesía. El más poderoso recurso que el hombre tiene ha ido perdiendo significación profunda, de conocimiento, de magia, de salud, para convertirse en una grosería de lo inmediato…

Gracias a Don Benabdelouaheb y a la Sra Mataix por haber aportado algunas luces en esta lectura críptica.

OPPIANO LICARIO, Biblioteca Era 1977, sin ISBN

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